
EL BULLYING puede tener derivaciones insospechadas (muchas veces graves) suele tener el hostigamiento que se hace a algún chico, particularmente en la escuela, por parte de sus compañeros.
De ahí, la necesidad de no ser indiferentes y mostrarse, por el contrario, muy atentos para que este acoso no pase a mayores.
Hace unos 20 años el noruego Dan Olwens introdujo el término Bullying al observar la conducta de hostigamiento entre pares, niños y adolescentes, en la escuela.
Proviene de "bull", toro en inglés, y podría traducirse como "torear".
Las características de este hostigamiento es que debe ser sistemático, repetido y sostenido en el tiempo, contra un miembro del grupo.
En general, intervienen, de alguna manera, todos los integrantes del grupo: el hostigado, los hostigadores y el resto como espectadores, en general pasivos, ya que si intervienen corren el riesgo de ser los próximos "buleados".
Este acoso puede ser:
1) Físico. Pegar, tirarle cosas, hacerle zancadillas, ensuciarlo, robarle útiles ante el festejo de los burladores. Se da más en los varones.
2) Verbal. Poner apodos, menospreciar, burlarse de algún defecto físico.
3) Por exclusión social. Hacer el vacío, no invitarlo, contar intimidades, no sentarse con él. Suele darse más entre las mujeres.
Ahora bien, ¿a quien consideramos las víctimas?
De alguna manera, a todos los involucrados.
El hostigado está en riesgo de padecer depresión, fobia escolar, ansiedad, trastornos del aprendizaje, cefalea, dolor abdominal, etc.
El hostigador presenta ansiedad, trastornos de conducta y baja autoestima.
El espectador se ve afectado ante lo que ve y sin posibilidad de frenarlo.
¿Cómo sospecharlo?
Generalmente, se actúa cuando los adultos responsables no ven o no están presentes: recreo, baño, internet, mensajes por celular.
Los padres deben alertarse si:
* No quieren asistir al colegio/escuela.
* Manifiesta cefalea o dolor abdominal, el domingo a la tarde.
* Se le ven asiduamente moretones.
* Muestra irritabilidad o cambios de carácter.
* Denota tristeza.
* Tiene insomnio.
* Pierde el dinero que le dan para los recreos.
Los profesores deben estar atentos a:
* Ausentismo frecuente de un alumno.
* Falta de integración al grupo.
* Descenso del rendimiento.
* Si habitualmente no tiene lista la tarea (cuando antes siempre la tenía).
La comunidad debe estar atenta ya que en los casos extremos puede llegarse al suicidio o a atacar gravemente al grupo.
Los adultos no debemos permanecer indiferentes ante estas situaciones de "dominio/sumisión" con comentarios como: "son cosas de chicos","a los gorditos siempre los molestan", sino estar alertas e, inmediatamente, dar intervención al equipo de docentes, a la familia y al psicologo.
En general, es el docente quien tiene más posibilidad de detectar estas actitudes.
¿Cómo afrontar la situación?
Según la doctora Flavia Sinigagliesi, neuropsicofarmacóloga, se debe:
* Detener la agresión inmediatamente.
* Citar a los padres del acosado y del acosador.
* Explicar a los padres que su intervención directa sería perjudicial.
* Fomentar la ayuda entre pares.
* Enseñar al hostigado tácticas de afrontamiento, habilidades sociales y de comunicación.
* Trabajar estableciendo el compromiso de todos y cada uno.
Dice el doctor Miguel A. García Coto, psiquiatra infantil: "una sociedad que acepta, en silencio, una relación hostigador-hostigado es una sociedad en riesgo muy grave".
Se debe estar atentos desde el jardín de infantes, ya que, aunque a esa edad no se puede sostener, en el tiempo, una conducta de hostigamiento, hay situaciones que, de no mediar la intervención del adulto, pueden en un futuro transformarse en Bullying.
Si el niño logra lo que quiere, usando la violencia contra un par sin que nadie lo corrija, aprende un modelo agresivo de éxito.
(*) Especialista jerarquizada en Pediatría, miembro del Comité de Adolescencia de la Sociedad Argentina de Pediatría, filial Bahía Blanca.
Actitudes opuestas
A. Los agresores
Los agresores suelen ser, en principio, chicos seguros de sí mismos, con un nivel de autoestima bastante alto y que intentan imponerse a algunos de sus compañeros.
Asumen el rol de líderes.
Generalmente, son imponentes físicamente (los varones), manipuladoras (las mujeres), con bajo rendimiento escolar.
Su temperamento es agresivo e impulsivo, con deficiencias en habilidades sociales para comunicar y negociar sus deseos.
Presentan falla de empatía y de sentimientos de culpabilidad.
Son o fueron hostigados en algún momento, ya sea en la escuela o fuera de ella.
B. Las víctimas
En general, son chicos débiles, inseguros, con baja autoestima y, fundamentalmente, incapaces de salir por sí mismos de la situación que padecen.
Tienen bajas habilidades sociales y suelen ser rechazados dentro del grupo.
No disponen de herramientas psicológicas y sociales para hacer frente a la situación.
Suelen ser chicos apegados a su familia, dependientes y sobreprotegidos por sus padres.
Las causas para que un alumno se convierta en víctima no tienen que ver con el hecho de que sea gordo o que lleve lleve anteojos.